El orgonite modifica la frecuencia (vibratoria) de las subpartículas o partículas cuánticas que nos atraviesan por trillones a cada instante. Detiene una buena parte de los neutrinos viajeros (igual que la pirámide) y es complementaria con su efecto.


O sea que sí, el orgonite es acumulador de orgón (biones, orbs o bolsones de neutrinos).
Pero también los emana una vez que se satura, -otra vez, igual que la pirámide- entonces el ambiente, el entorno donde estamos, se modifica porque aunque sigamos estando en medio de una "lluvia univarsal" de subparticulas, la abundancia de neutrinos detenidos, acumulados y luego emanados localmente, inclina el balance hacia lo vital.


Y también modifica el orgonite a algunas de las partículas que aún neutrinos estables, disminuye el impacto de estas subpartículas en su aspecto corpuscular y modifica la frecuencia en su aspecto ondulatorio, acercándolo a los 440 Hz o sus múltiplos.


Recordemos que los neutrinos estabilizados se incorporan a los átomos donde haya carencia cuántica (casi toda nuestra materia) y el efecto que sentimos, con todas sus correcciones atómicas y por ende molecules, consecuentemente orgánicas, es "vitalidad".


Como si esto fuera poco, también descubrimos que el orgonite estabiliza el campo de las pirámides cuando están sobre una geopatía. No hacen funcionar una pirámide si está desorientada o en medio de una anomalía magnética potente, pero sí cuando hay factores geobiológicos nocivos y/o fluctuantes, como aguas subterráneas intermitentes, etc.


El problema para fotografiar biones con los orgonites, es que mientras en una piramicama podemos apreciarlos hasta de gran tamaño (varios centímetros y hasta cerca del metro),  el orgonite los emite de tamaños muy pequeños para ser captados por la cámara.


No sería lo mismo si hacemos un gran orgonite o un colchón orgónico, o con los cloudsbuster. Ahí sí que son grandes y las cámaras los pueden captar.

 

Extracto de Gabriel Silva